Hace como dos semanas ya que intento armarme de palabras para publicar alguna historia. Hace ya casi tres semanas que Francesca me dejó sólo en Cartagena. Durante este tiempo he encontrado alojamiento económico en el Hostel Casa Iguana, en la Calle de la Media Luna, Barrio Getsemaní. También he empezado a trabajar en el Hostel Nativa en la Calle Tumbamuertos, Barrio San Diego, justo en frente de la casa de un famoso poeta Colombiano que actualmente reside en Barcelona. En el Hostel trabajo 7 horas al día, 6 días a la semana, por un sueldo de 150000 pesos semanales, 600000 al mes, el equivalente a menos de 300 euros. A pesar de ser un salario bastante miserable, no me puedo quejar porque aún está por encima del sueldo mínimo y a decir verdad mi situación es completamente irregular. De momento me estoy manteniendo con eso y con la venta de artesanías que fabrico en mis ratos de aburrimiento como recepcionista del Hostel. Algunos dias incluso gano mas plata con la artesanía en apenas un par de horas que en una jornada de trabajo "serio", lo que me hace pensar si simplemente debería reducir mis gastos e intentar sobrevivir con las pulseritas y los collares.
El barrio de Getsemaní queda en el centro de Cartagena, orientado hacia el sur de los edificios más emblemáticos de la ciudad amurallada como la torre del reloj o la catedral. En este barrio, uno de los más populares de la ciudad, se dio el grito de independencia en 1811. Antiguamente poblado por esclavos, siempre ha sido un foco de concentración del ocio y el hedonismo, los bares de salsa y las cafeterias, las putas, los chulos, las chulas y los putos. Más tarde llegó la pobreza y la enfermedad de la droga. Se escuchan historias que cuentan que hace 10 años era imposible pasear de noche por esta zona sin ser atracado, violado o contagiado con la pena eterna. Ya en los últimos años sucesivos alcaldes se han propuesto barrer toda la perversión hacia los suburbios al otro lado del puente y Getsemaní ha devenido en un barrio bohemio y con marcada tendencia a reunir a los mochileros, artistas de la calle y bailarines de salsa en año sabático, así como a todos los animales carroñeros que se alimentan de ellos. En las calles mas oscuras siguen viviendo las familias cartageneras que han visto pasar los años desde los porticos de sus casas coloniales.
Todas las tardes salgo a trabajar vestido con una de mis dos camisas y atravieso el centro hasta llegar a San Diego, en el extremo norte de la ciudad amurallada. En la calle de la Media Luna los hombres se reunen en las esquinas con sus vasitos de tinto, al pasar una mulata linda todos le hacen el paseillo y se funden en un coro de halagos que suenan como el lamento de cien bebes hambrientos. La negrita ni se gira, esta acostumbrada. Tampoco se ofende, mas bien esta encantada de saber que a su edad todavía sigue arrancando groserías a los hombres de la calle. Más adelante, en el restaurante Coroncoro almuerzo mi comida corriente mientras me entretengo analizando los bizarros objetos que adornan los muros y los estantes. De todos los cuadros destaca un retrato a tamaño real del libertador Simon Bolivar frente a una escena de bosque tropical. También abundan los peces disecados y los loros de madera tallada. Cuando termino mi bandeja ya estoy sudando a borbotones y me apresuro a pagar para abandonar el bullicioso local y fumarme un cigarrillo mientras atravieso el barrio de la Matuna.
Otro día, quien sabe cuando...
...Quieres un pielroja?
No gracias, esos son demasiado fuertes
Ahhh un "peche", yo fumé de esos, ufff... cantidades industriales
Peche?
Si. O "rompepechos"
Vaya, con ese nombre se le quitan a uno las ganas de fumarlo
Nooo estos son solo para los valientes
Y como es eso del indio? (refiriendose al logotipo del indio impreso sobre el papel de fumar, donde el filtro debería estar)
Pues algunos te diran que la tinta del indio te daña los pulmones...
Pero los que de verdad entienden los fuman así (encendieendo el cigarrillo por el lado del indio), porque resulta que el indio preifiere ser quemado, que besado y pisoteado
(todos rien, una mulata preciosa desfila por delante del grupo de amigos y la conversación se interrumpe brucamente, como si la presencia de una hembra hermosa en el escenario fuese tan importante que requiere un riguroso silencio para denotar admiración)
Hace unas horas...
Que pena que despues de las horas bajas tengan que seguir
necesariamente las horas más bajas. Si en el pasado los peligros que amenazaron
mi integridad eran entidades fsicas, a saber, potenciales ladronzuelos de medio
pelo, policías corruptos en busca de una paga extra que compense las carencias
presupuestarias de la nación a la que representan, yonkis en busca del arreglo diario que les garantice su dosis de paco, guerrilleros, prostitutas
infectadas por la rabia, etc. hoy dia los peligros que me acechan son puramente
entidades emocionales. La incertidumbre, la soledad, el miedo, la fatiga, la
repugna. Las borracheras en compañía de desconocidos han dado paso a las
borracheras en soledad. Botella de aguardiente marca “néctar” a 9.000 pesos colombianos,
porcentaje de alcohol 24%, botella de ron marca “Santa Fe” a 11000 pesos
colombianos, porcentaje de alcohol 35%. Claramente la segunda opción sale mucho
más económica, en términos de la borrachera que pretendo mandarme. Ahora
observo indiferente la botella que yace sobre la mesa vacía, junto a un cenicero copado de colillas. Ya tengo lo que
buscaba. La paz mental durará tanto como pueda aguantar despierto. Quizá en este
estado pueda concentrame en lo realmente importante ahora: volver a casa con mi
salud mental más de este lado que del otro, regresar a una vida normal, arraigada y predecible. Mañana empieza una nueva vida. Esta noche camino sobre una fina capa de
hielo que amenaza con resquebrajarse bajo mis pies arrojándome implacablemente
dentro del océano de la insanidad. Locura, añoranza, duelo y celos se entrelazan
en un estado de ánimo indescriptiblemente incomodo. La mirada perdida y los
temas que son charlataneados a mi alrededor resbalando mi conciencia como si se
tratase de ruido cósmico. Las necias palabras de los viajeros el eco de la
explosión primordial que dio inicio al ego de los hombres. La cuenta atrás para
mi regreso parece truncada por un maligno truco de trilero que repite las horas
y los días. Cada dia que pasa parece que el regreso esta mas lejos como en uno
de esos sueños en los que el protagonista intenta de huir de un monstruo pero
no atina a coordinar el movimiento corporal necesario para iniciar la marcha.
Ahora que es el final del viaje todo se desvanece como en una de esas noches en las que esperas que algo especial ocurra, y al final lo único que sucede es que vuelves a quedarte solo y borracho una vez mas. Como voluntariamente ridiculizado. Abiertamente señalado con el dedo por los demas como un ser debil y errático. Fin de fiesta, despedida y cierre, que alguien le diga al borracho que debe irse a casa, o mejor que alguien llame a una ambulancia porque parece que el borracho va a necesitar un lavado de estomago.
CONTINUARÁ...