Eduardo Galeano escribe, al referirse a los suburbios de las grandes ciudades latinoamericanas: "Es multitudinaria la invasiòn de los brazos provenientes de las zonas mas pobres de cada paìs, las ciudades excitan y defraudan las expectativas de trabajo de familias enteras atraidas por la esperanza de elevar su nivel de vida y conseguirse un sitio en el gran circo màgico de la cicilizaciòn urbana (...) la ciudad hace aùn màs pobres a los pobres, porque cruelmente les exhibe espejismos de riquezas a las que nunca tendràn acceso(...) y en cambio les niega una ocupaciòn segura y un techo decente bajo el cual cobijarse, platos llenos en la mesa para cada mediodìa". Y esto en lima se cumple màs que en ningùn sitio que yo haya visitado. A partir de los años 70 un constante goteo de personas empezò a desfilar desde las provincias del interior. En la dècada de los 80 el goteo se convierte en torrente humano que se apodera de los deserticos cerros que rodean el centro de la polis. Son las llamadas "invasiones", puesto que estos nuevos vecinos llegaron en masa y se instalaron en chabolas de madera y lata sin ningùn tipo de lògica urbanìstica, ni permisos municipales ni abastecimiento de servicios. Ahora puedo entender que estas invasiones fueron motivadas por el conflicto entre el estado y los grupos revolucionarios maoistas Sendero Luminoso y MRTA. La poblacion rural del Perù se viò atrapada en el fuego cruzado entre los guerrilleros y el ejèrcito nacional, cada cual con sus formas de crueldad y desprecio por la vida de los inocentes campesinos. Lima era por entonces un lugar seguro y un nucleo de desarrollo industrial que ofrecia promesas de una vida prospera lejos de las matanzas que se estaban produciendo en los altos andinos. Sin embargo estos campesinos solo llegan, en palabras de Galeano, "a las puertas de la ciudad (...) y se las arreglan, mal que bien, con las migas que les arroja el banquete de la gran capital".
El conductor acelerò y finalmente conseguimos emerger a cielo abierto. La costa al norte de Lima sigue siendo un desierto pero por lo menos el espeso techo toxico se despeja para revelar el cielo.
Nuestro siguiente destino fuè la ciudad de Trujillo a 8 horas desde Lima siguiendo la panamericana norte. Trujillo fue fundada por Diego Almagro en 1534 y oficializada por Francisco Pizarro un año mas tarde, constituyendose una de las pimeras ciudades del Virreinato del Perù. Actualmente es una de las ciudades mas pobladas del norte del Peru y su centro historico conserva todo el esplendor de la epoca colonial.
Plaza de Armas de Trujillo |
Desde el centrode Trujillo tomamos un combia hasta el pueblo de Huanchaco, una tranquila localidad costera que en el verano austral se llena de surferos. Aquì comimos un ceviche excelente (pescado crudo marinado en jugo de limòn con cebolla y ajì) que es uno de los mallores orgullos culinarios del Perù.
Niños jugando a fùtbol en Huanchaco |
Esa misma noche partimos hacia Mancora, cerca de la frontera con Ecuador. Tras un viaje nocturno sin incidencias, llegamos antes de que amaneciese y Pedro, un simpatico conductor de mototaxi nos acercò al hospedaje mas barato. Descansamos unas horas y a las diez exactamente sali del hospedaje decidido a comprar unas frutas para el desayuno. Al poner un pie en la calle allì estaba Pedro de nuevo para ofrecerme flores locales y acercarme al mercado en su moto convertida en taxi desinteresadamente. El resto del dia lo pasamos en la playa tostandonos en el sol y construyendo castillos de arena. Mancora es uno de los destinos de playa favoritos para los peruanos de clase media que no pueden permitirse veranear en los lujosos clubes de playa al sur de Lima, pero esta epoca del año estaba desierto salve por algunos pieles blancas como un servidor en ruta hacia Ecuador y Colombia. Por la mañana es muy recomendable sentarse en la arena a observar las aves pescadoras lanzarse en picado desde el cielo para alimentarse de los bancos de peces que nadan a unos 100 metros de la orilla. Igual de recomendable es quedarse en la playa hasta las 6 de la tarde para contemplar el impresionante atardecer sobre las frias aguas del Pacìfico.
Aves pescadoras |
Puesta de sol y pelicano |
Desde Màncora viajamos en bus nocturno hasta Guayaquil. En la fronetra los formalismos para el ingreso a Ecuador se hicieron eternos debido a un mas que probable intento de soborno por parte del oficial de inmigraciòn a una pareja de viajeros latinoamericanos. Finalmente llegamos pronto por la mañana y decidimos no parar en Guayaquil y continuar otras ocho horas en bus hasta Quito, atravesando en un solo dia tres cuartas partes del territorio ecuatoriano.
Quito està situado en los andes occidentales, sobre el Valle de Quito a unos 2800 msnm. Es una ciudad de topografìa curiosa puesto que el estrecho valle ha provocado un crecimiento longitudinal de la ciudad, de forma que en la actualidad tiene una extensiòn de 50 km en direcciòn norte-sur, por tan solo 4 km de este a oeste. Esta ciudad destaca por tener el centro històrico mejor conservado de America latina, nombrado patrimonio cultural de la humanidad por UNESCO en 1978. En el centro de Quito hay mas iglesias por metro cuadrado que en ningùn otro lugar del mundo: la Catedral Metropolitana, la iglesia del Sagario, iglesia de Santo Domingo, iglesia de San Francisco y por supuesto la Basilica del Voto Nacional, la mas grande en tierras del nuevo mundo.
Plaza Grande, orgullo de Quito |
Basìlica del Voto Nacional |
En la capital ecuatoriana pasamos tres noches y al cuarto dia partimos en bus hacia Colombia. Desde Quito hay que tomar un bus hasta Tulcàn, allì tomar un taxi hasta la aduana, caminar a travès del puente que separa los paises hasta la aduana colombiana donde te sellan el pasaporte para tres meses prorrogable hasta seis, despuès tomar otro taxi hasta la terminal de buses de Ipiales (primera ciudad del lado Colombiano) y alli tomar un bus hasta cualquier destino. El nuestro era la ciudad de popayàn, a medio camino entre Ipiales y Cali. Finalmente llegamos a Popayàn a las tres de la madrugada absolutamente agotados. En los ultimos diez dias hemos pasado por tres paises y hemos recorrido una distancia exagerada para mi gusto pero, por fin estamos en Colombia!! hace calorcito y el mar Caribe se asoma en el horizonte, aunque para llegar a Cartagena todavìa debemos atravesar el pais. Mas historias en la pròxima entrada.
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