Los dias de carnaval pasaron relativamente rápido, como un huracán de colores fugaces y sensaciones agridulces que deestruye todo a su paso dejando tras de si montañas de escombros y billetes de euro hechos trizas. En Rio moramos en casa de Rafael. Muito obrigado por todo amigo. Decidimos escapar de la psicosis por motivos que tuvieron que ver con nuestra paz interior y un instinto de autoprotección. El dinero también fué un factor de peso. Aquí dejo una imagen del atardecer en la playa de Copacabana, destellos rosaceos en el horizonte tras los morros del litoral carioca y niños jugando a futbol por todas partes.
Aceptamos las sabias sugerencias de la familia de Rafael y nos dirigimos hacia Paraty. Esta es una pequeña ciudad costera a medio camino entre Rio y Sao paulo donde la gente que desea pasar un carnval alternativo se concentra para relajarse en playas cuasi deserticas, lucir tatuajes y músculos, fumar flores y cantar hasta el amanecer. Primero pernoctamos en un camping hasta que conocimos a Yogi (no estoy seguro de que esta sea la manera correcta de escribir su nombre, pero como tampoco es su nombre real supongo que no importa mucho) y él nos mostró la belleza de las playas locales. Enamorados del lugar, decidimos trasladar el campamento hasta la Playa do Sono, una especie de Ibiza carioca. Para poder acceder a esta playa se ha de caminar durante una hora y media de incesantes ascensos y descensos a través de una espesa floresta, sin embargo el camino se hace ameno por la belleza del paisaje y la abundancia de insectos nunca antes vistos. También es frecuente encontrar amables brasileños que sonrien y saludan con un Opa! o con un Belleeeesa.
Y así fué que pasamos los días de carnaval, alejados del tumulto humano que serpentea por el laberinto de asfalto al ritmo frenético de la samba. Dejamos escapar la oportunidad única de poder explicar a las futuras generaciones que, efectivamente, estuvimos en el carnaval de Rio aquellos dias extraños. Sin embargo, encontramos nuestro paraíso lo que finalmentre probó ser igual de divertido y mucho más saludable para nuestros bolsillos. Además tuve la oportunidad de sentarme en la orilla durante largas horas para estudiar la psicología de los cangrejos de mar, una experiencia insuperable.
Playa desierta y sirena durmiendo a la sombra de las palmeras |
Entonces... En la Playa do sono conocimos a una pareja de jóvenes Paulistas que se ofrecieron a traernos a Sao Paulo, pasando por un lugar llamado Ubatuba para pasar la noche y evitar el denso tráfico de carnavaleros intentando volver a la megalópolis en una via de un solo carril.
Salimos esta mañana a las 6 de la madrugada y hemos llegado hace unas horas para reencontrarnos con la civilización, el internet, la polución de los coches y el horizonte invisible de hormigón. Siguiente destino: Foz do Iguaçu, 15 horas en bus de Sao Paulo, en la triple frontera Brasil-Uruguay-Argentina. Besos y cariño para familia y amigos, espero poder enviar noticias pronto pero también deseo seguir tan perdido en la nada como hasta ahora. COMENTARIOS!!!