miércoles, 8 de febrero de 2012

Las horas bajas

Hace 24 horas me encontraba en el Bar do Jorge poniendo a prueba la leyenda local que cuenta que allí se consume la cerveza más fría del estado de Mato Grosso. Hace 23 horas estaba completamente convencido de que, efectivamente, Jorge sirve la cerveza tan fria que parece que se evapora al tocar tu garganta. Hace 22 horas decidí que había tomado demasiada cerveza. Hace 21 horas hablaba sin parar en todos los idiomas del mundo y me sentía libre. Hace 20 horas intentaba tomar el control de la montaña rusa que era la habitación de invitados de Vinicius. Hace 19 Horas perdí el conocimiento. Hace 14 horas me he despertaba con un sobresalto. Hace 13 horas forzaba un bollo relleno de jamón y queso con algún nombre extravagante en portugues y un café com leite en mi organismo. Hace 12 horas ponía mi mejor sonrisa a funcionar en el barrio industrial de Cuiabá para intentar conseguir un viaje a dedo hasta Brasilia. Hace 11 horas me encontraba moviendo las caderas al ritmo del maestro Tito Puente en el margen de la carretera BR 364. Hace 10 horas tomaba la siguiente foto mientras decidía continuar con mi plan de viajar a dedo y asumir las consecuencias:




Hace 10 horas mi vida empezaba a convertirse en una película de Almodovar cuando se desplazaban hasta mi posición dos sujetos de aspecto más que cuestionable desde la distancia y médicamente preocupante en el cara a cara. Al poco rato se uniría a nosotros una prostituta esquelética sobre la más tarde descubriría que nadie la ha visto nunca comer. Hace 9 horas el líder de esta pequeña tribu garantizaba poder conseguirme un conductor después de invitarle a unos cuantos cigarrillos y negarme a compartir su pipa de base. En este momento me ponía seriamente en guardia y decidía alejarme de estos personajes para seguir haciendo dedo por mi cuenta. Hace 9 horas conocía a un grupo de sujetos cuya ocupación consiste en pasar el día en la cafetería de la gasolinera comentando lo que pasa a su alrededor y llamándose "parásito" los unos a los otros. Algunos de estos sujetos parecían tener información valiosa para mi acerca de un presunto camionero que iba a salir de ese lugar con destino Sao Paulo al rededor de las 5 de la tarde. Hace 8 horas decidí no invitar a más cigarrillos a ninguno de estos parásitos y observé como la prostituta esquelética mostraba sus inexistentes pechos a una audiencia invisible en el otro lado de la carretera. En este momento decidí que no me importaba a dónde dirigirme a continuación: Sao Paulo, Brasilia, Campo Verde... lo único que quería era salir de ese grotesco y polvoriento purgatorio. Hace 7 horas empezaba a despedirme de todos estos absurdos ayudantes que ya empezaban a mostrar signos severos de embriaguez. A ratos un hombre de dimensión mayor y aspecto un poco más respetable emergía de una especie de oficina y emitía sonidos guturales, a lo que el resto de los personajes respondían dispersándose e interaccionando con escombros, pedazos de espuma sintética, trapos empapados y botellas de pinga vacías. Hace 6 horas establecía contacto con otro morador de la gasolinera que parecía ser más transparente en sus intenciones y me recomendaba que olvidase esta terrible pesadilla y me dirigiera a la estación de autobús, a unos 15 kilómetros, antes de que cayera la noche. A pesar de su claridad, éste vampiro social intentaba aprovecharse a su manera pidiéndome una pequeña aportación para cerveza. Hace 5 horas me bebía una botella de dos litros de agua de un trago. Hace 4 horas llegaba a la terminal de autobús de Cuiabá y revaluaba mis opciones. Hace 3 horas y media decidía compra el billete para Sao Paulo, la ciudad más grande del hemisferio sur con una población de 11 millones de habitantes. Hace tres horas era abordado por una prostituta mientras fumaba un cigarrillo en el exterior de la terminal.Su vestido estaba rasgado de tal manera que dejaba al descubierto un pecho que estaba cubierto de moratones. Hace 2 horas y media decidía que por hoy no deseaba hablar con nadie más y le pedía a la prostituta que se alejase de mí. Hace 2 horas conseguía hackear el internet de la sala vip de una compañía de transportes de la que no soy cliente y decidía compartir este relato con el mundo. El cielo era de este color:

7 comentarios:

  1. pero cuantas horas faltan hasta que lleges aki? eso es lo importante saber...un beso amor, y diles a las prostitutas que vengan a rio a que les diga dos cositas x

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  2. jajajaja fantástico relato !! Tengo ganas de leer el próximo episodio...... Anabel y yo pensamos que deberías dedicarte a escribir :) Fear and loathing total

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    1. Fear and loathing in mato grosso!!! ya estoy a salvo en la terraza del hostel Sampa en Sao Paulo. Café recien hecho, hamacas de colores y empleadas de trasero hermoso es lo que sirven aquí. Mucho mejor que hace 40 horas. Recuerdos hermano, proxima parada Rio. Ya contacté con un camionero que me lleva de carona!!!

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  3. Molt bo! resulta interessant llegir les teves aventures a Brasil tot fent un cafè de bon matí a la freda Cracòvia (-15º), mentre intento decidir quin rumb prendrà el dia...

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  4. el que hauries de fer es agafar el següent avió que surti cap a Rio di Janeiro i dirigirte a l'hotel flamingo, suite 2012. Tenim crèdit total.

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  5. Bestial capitulo, digno y a la altura de los mejores momentos de la mejor novela negra...Angustia un poco pero seguro que ya contabas con fases o episodios como estos..venga!...no te desanimes que parece que se acercan unas etapas muy interesantes...Por cierto no sabia nada del "incidente" que le pasó a Fran, de hecho sigo sin saber nada, el tito Alberto me comento algo pero sin mucho detalle, espero que no tenga consecuencias. Por aqui todo igual, como siempre, la unica noticia destacable es que a tu hermano le han dado muy buenes expectativas para trabajar en Quirón, pero cuando gradue como minimo. De momento, y como muchos, voy a esperar tu próxima entrega de este apasionante viaje. Un besazo y como siempre ten mucho cuidado.

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  6. Joder aquí te has superado, INCONMENSURABLE! Vaya dia tuviste no? En menudo antro te debiste meter... Jajaja. Suerte que fuiste hábil y te fuiste de allí!
    Saludos!

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