El Domingo 29 de Abril partimos de La
Paz pronto por la mañana. La noche anterior habíamos celebrado una
cena internacional en casa de Ludwig y su esposa, los jóvenes
adinerados que nos hospedaron a través de CouchSurfing. Además de la pareja
de Quebec que habíamos conocido la noche antes, se presentaron en la
casa aquella noche hasta siete personas más, en total 15 comensales.
Cocinamos una tortilla española (y calculo que ya he preparado en
estos cuatro meses 5 tortillas) y otros chicos cocinaron lasagna.
Bebimos cerveza y ron al ritmo de la cumbia. Al dia siguiente había
gente durmiendo por todas partes: holandesa y alemana en el suelo del
salón, tipo de Barcelona recostado en el sofá. Más tarde apareció
la sirvienta en su traje de cholita acompañada de su hijito, y se
dispuso a recoger los despojos de la fiesta a la vez que cocinaba
huevos para los madrugadores . Mientras tanto su retoño correteaba
por la casa jugando con un trenecito de plástico e interaccionando
con los resacosos viajeros.
Panorámica de La Paz desde El Alto |
Como dije salimos de La paz el 29 de Abril con destino a Rurrenabaque, en la región selvática de Beni. 20 horas en un bus terriblemente incómodo y siendo protagonistas de escenas delirantes. Primero el descenso desde 3600 metros por la ladera norte de cerro sobre el que reposa la ciudad. El paisaje se transforma a un ritmo tal que, si parpadeas, te lo pierdes. Atravesamos una espesa capa de bruma con visibilidad imposíble. El margen de la carretera es un descenso vertical a quién sabe donde, puesto que la bruma lo cubre todo. Al bajar a los 2000 metros: zas! Las Yungas. La bruma desaparece por arte de magia para desvelar un escenario que te hace clavar las uñas el asiento del bus con firmeza. Todo es verde y muy húmedo, a veces hay aberturas en la vegetación donde se trabajan huertos casi verticales. La carretera está enfangada y a penas hay espacio para virar. Nos encomendamos al buen criterio del conductor que va mascando coca y por tanto está bendecido por la planta mágica de los Incas.
Más tarde se hizo plano y hasta dos
veces estuvimos encallados en el barro durante aquella noche eterna.
Cuando amaneció ya estábamos en plena selva. Habíamos sobrevivido
a la carretera de la muerte y el cálido sol del amazonas nos
acariciaba las mejillas a través de la ventanilla. Territorio Mad
Max conoce a Indiana Jones. Todos los locales se desplazan en motos
de 125 cc destartaladas. En la única gasolinera de la selva las colas para el combustible miden kilómetros. Todos desean
comprar un poco de oro negro para poder seguir paseando en sus motos.
Finalmente llegamos a Rurrenabaque, antesala del parque natural
Madidi, a las 10 de la mañana del lunes.
Chequeamos en el hostel Perla Andina
por 15 bolibianos (2 euros) cada uno. Cama de matrimonio, baño
privado, agua fría, todo un lujo. Nuestro objetivo es evitar tener
que contratar un operador de turismo para visitar el parque naturtal,
aunque sabemos que va a ser muy difícil. Cruzamos el Rio Beni el
Martes 1 de Mayo. Al otro lado desde Rurrenabaque, que es un pueblo
grande y muy turístico, se encuentra San Buenaventura, a penas
cincuenta casitas de madera y un par de comercios alineados a la vera del rio.
Queremos conocer a gente local que nos sepan llevar en bote río
arriba y nos muestren el parque natural por un precio razonable. Un
tour contratado en cualquiera de las docenas de agencias que hay en
Rurrenabaque incluye: Viaje en bote río arriba hasta la zona de los
campamentos dentro del parque, tres dias (dos noches) de hospedaje,
todas las comidas cocinadas por una simpática mamita local y paseos
guiados por la selva con promesas de ver mamíferos y aves. Total que
nos plantamos en San Buenaventura y conocemos a un primer grupo de
pescadores tan borrachos que ni se entiende lo que hablan. Uno de
ellos se presentó como el capital Ponchila, y dijo poder
acompañarnos a la selva en cuanto se le pasase la borrachera al cabo
de tres dias. En realidad la escena no era agradable pero, qué
cojones, estaban celebrando en 1 de Mayo poniéndose como cubas a la
orillita del paraíso, nada que cualquier hijo de vecino no hubiese
hecho también. Además todos eran tipos bastante entrañables y no
entrañaban peligro alguno, un simple empujón habría servido para
dejarlos fuera de combate. Seguimos caminando y conocemos a un
segundo grupo de hombres bebedores. Estos nos invitan a sentarnos con
ellos y al momento estamos bebiendo cerveza en vasos cortos de
plástico. Estos tres individuos están un nivel por encima a
los anteriores en cuanto a su capacidad para comunicarse
eficientemente, a pesar de la evidente borrachera que seguro
arrastran desde horas atrás. Bueno, a decir verdad el más anciano
no se comunicaba en absoluto, parecía estar en una especie de trance
etílico y a penas atinaba a coger su vaso de cerveza. Minutos más
tarde se levantó y se alejó tambaleándose hasta que desapareció
detrás de un árbol. Lo más llamativo de los otros dos era su
insistencia en querer presentarse como gentes acogedoras y amables
con los visitantes. Esto lo repetian una y otra vez enlazando las
frases con “con todos mis respetos, escuchai?”. La conversación
derivó hasta que se hizo monótona y ya nos habían invitado
a un par de litros de cerveza ingerida a un ritmo frenético entre
brindis, bendiciones y derrames. En fin, nos despedimos y volvimos a
Rurre sin nada en claro al respecto de nuestro tour alternativo por
el Parque Madidi. Si bien es cierto que la experencia fué muy
interesante por el contacto genuino que entablamos con los benianos,
finalmente contratamos un tour para tres dias por 600 bolivianos a
regañadientes.
El Parque Nacional Madidi tiene una extensión de 19000 km cuadrados y se caracteriza por ser una de las mayores reservas de biodiversidad de la cuenca amazónica. A pesar de haber sufrido un boom turístico en los últimos años, permanece bastante aislado del resto de la civilización. Las comunidades a la orilla del Rio Tuichi, afluente del Beni que es, a su vez, afluente del Amazonas, se alimentan de plantaciones de yuca, papa, zanahoria y fruta, además de practicar la pesca. Nosotros pasamos tres dias en un albergue en medio de la selva rodeados de árboles centenarios y escurridizos mamíferos como el puma, el tapir, el chancho (jabalí) y el ocelote. Nuestro guía durante las expediciones a traves de la espesa floresta era una especie de montaraz chamánico capaz de detectar animales siguiendo sus sutiles sonidos, y abastecerse de las plantas de la jungla para combatir ciertos males. La comida fué otro de los puntos fuertes, siempre deliciosa y puntual. Además nuestro grupo era reducido (nosotros dos y otros dos simpáticos jóvenes originales del Québec) lo que permitió un amplio margen de meditación y contemplación transcendental: insectos gigantes de vivos colores, árboles que caminan sobre sus raíces buscando un hueco en el techo del bosque, hormigas gigantes cuya mordedura provoca una fiebre agónica, el canto de las aves del paraíso...
Orugas |
Raíces del árbol que camina. |
Cuando regresamos río abajo a Rurrenabaque, tuvimos que realizar un duro esfuerzo para recobrar el sentido del tiempo. Era día 5 de Mayo. Descansamos una noche y emprendimos el regreso a las alturas de La Paz: otro día entero en el bus, 22 horas de traqueteo y acantilados imposibles. También conocimos a una familia que viajaban con este simpático monito llamado Balú.
Monito Balú |
Puesta de sol en Copacabana |
Al llegar a la paz doble shock: de nuevo la asfixiante altura y el frío de la sierra. Del barrio de Villa Fátima en colectivo hasta la zona del cementerio, desde donde salen los buses para Copacabana. En dos horas estábamos a orillas del Lago Titicaca para presenciar esta impresionante puesta de sol. Los Incas creían que el sol nacía cada mañana desde el interior de este lago, el más alto del mundo. De verdad me quedé en estado catatónico al contemplar los rayos del sol emergiendo de la quietud del agua. Para colmo de buena suerte resulta que este fin de semana se celebra en Copacabana la festividad del Calvario. Las comparsas inundan el ambiente con el sonido de los tambores y los trombones al tiempo que las cholitas vestidas en mantón de Manila bailan extáticas haciendo volar los flecos de sus faldas. Esta es la fiesta a la que los paceños (naturales de La Paz) de clase media acuden a mostrar sus mejores galas. Por la noche todo el mundo está borracho. Vimos a un hombre de avanzada edad chocar de morros contra un muro de ladrillo, al minuto dos jóvenes se desplomaron de un banco de madera y se quedaron dormidos sobre una alfombra de cristales rotos en posturas aberrantes. Las cholitas gritan e increpan a sus maridos pecados indescifrables. Todo un espectáculo visual que tenía un aire familiar como a las fiestas de La Puebla pero con más desenfreno etílico.
La fiesta continúa al día siguiente |
Hoy día hemos subido al cerro a contemplar la panorámica del lado Titicaca mientras las comparsas seguían bombardeando desde la distancia. Más tarde hemos descendido y hemos confluido con la procesión en torno a la Iglesia Mayor. Hace un sol de justicia y vamos a comer trucha a la parrilla a la orilla del lago por menos de 2 euros y medio. No se puede pedir más.
COMENTARIOS!!!
Hi ji ji ji:
ResponderEliminarLas criticas de algunos de tus followers a tu anterior entrada, han dejado huella, por lo que veo, y por el entusiasmo que desprende tu redacción detecto que han sido unos dias espectaculares y curiosos, bien, me alegro. Que sepas que no he visto a nadie, por aqui, celebrando el 1º de Mayo como explicas tu de ahi, pero asi es, imagino que para eso estas embarcado en esa aventura, para conocer otras gentes, otros entornos, otras culturas y otros modos de fiesta y no?. Ahora toca esperar al repor fotografico que promete. Un beso y cuidaros, como siempre.
Jajaja no podrías haber encontrado un mejor ejemplo para definir las fiestas de La Paz, pero con más alcohol todavía? Por lo demás sigo flipando con los paisajes que nos proporcionas fotográficamente.
ResponderEliminarPor cierto, vi un documental acerca de una carrertera, creo que denominada " la carrertera de la muerte", en la que salia todo exactamente como tú lo has contado. No se si sería la misma, pero podría decir que has vuelto a nacer porque aquello era muy temerario!!
Bueno muchos saludos para los dos de nuestra parte, Salut!
Así es brother, la unica e inconfundible "carretera de la muerte". Tiene que haber sido la misma que tu has visto en el repotaje. Un abrazote!
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